Es difícil creer en el alcance de las balas,
el plomo sin derretirse
deshabilita la furia de un latido
y tú disparas
pero las armas son tus manos
el plomo de tus dedos
la pólvora de tus rodillas
tu calibre excesivo...
¿Dónde iremos?
¿Quién se cubrirá de hierba y muerte?
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