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jueves, 31 de julio de 2014

Mael

Desde que te fuiste
un millar de hormiguitas
negras camina sobre
el umbral de mi puerta.
Dejan, quizás, sin saberlo
un mensaje ultranegro.

No sabía que vivir después
de ver tu sangre derramada
sería habitar lo marchito
pero las hormigas me lo revelaron.

miércoles, 30 de julio de 2014

Patear a los hijos de Judea

Más de 20 días después de los
bombardeos del 2014 sobre Gaza
se me acabaron los impulsos revolucionarios.

¿Dónde quedaron todos esos poetas Judíos
que lloraban por el bigote del Führer
y que proclamaban ser víctimas del odio Ario?

La historia olvida tan rápido como mis ex
que deben celebrar la masacre palestina
porque me voy a dejar de escribir pendejadas.

¿Dónde quedaron los miserables conocidos
de escuela privada que proclaman justicia
a través de sus selfies en Cuerna?

Dedico la inutilidad de mis versos a los Judíos
a mis ex-novias chilangas y a los pendejos
tibios del Claustro de Sor Juana.
Sólo por ellos vale la pena dejar de escribir
y patear bajo la lengua a los hijos de Judea.

Sin juramentos para los viajantes

El tenebro de la noche no permite
observar las mil rutas de las aves.
¿Qué hice esta noche para inseminar
la oscuridad con tus piedras, tus luces de otoño
próximas a deslumbrar este instante errático?

Una vez, no sé cuándo
tu silencio construyó un camino sin juramentos para los viajantes.





martes, 29 de julio de 2014

El colapso de Google

Escribí poemas para llegar a ti
esperé muchas horas mientras
no sabía de ti.
Sin albercas, sin tinas, mi único remedio
para sumergirme y tratar de olvidar
eran las raquíticas riveras como señal
verdadera del comienzo del XXI.

Nos acabábamos el agua dulcísima
y yo no sabía nada de ti
mis pensamientos no tenían llegada.

¿Qué se deja cuando no se deja nada?
un blanco nocturno

A pesar de eso sigo escribiendo
como si el colapso de Google
y Occidente no garantizara
la completa destrucción de este mensaje y mis recuerdos.




 



viernes, 18 de julio de 2014

Sobre el verano

Sobre el verano no me engaña el peso
de tus labios que se aíslan derramando
falsos diamantes sobre una noche de
chillidos y relámpagos

No me engaña tu espalda terca y húmeda
que sin sed desbanca las preguntas
del límite, el espejo, los colores



miércoles, 16 de julio de 2014

La muerte de Sissí

Asesinar una Reina en el Siglo XXI no tiene ningún valor.
Toda la sangre Real importante ha sido disuelta
en las manos grises de la protesta.

Los vínculos del sueño son los vínculos de la carne.

Mi cuerpo llama a la violencia de ejecutar a un Borbón.

Esa tarde tus ojos fríos tenían el color de Ginebra
y yo esperándote desde la madrugada,
llena de hambre la impaciencia.
Al caer la tarde eras tú, Amelia, la Sissí de Baviera.
La piel más blanca que pudieron tocar
estos despojos Franco-italianos.
Una piel, leí más tarde, encerrado después de matare;
que contenía el raro olor a muerte de Possenhofen y su lago.