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martes, 19 de mayo de 2009

sin maquillaje

Alejandra camina por las calles. Indiferente se sabe observada ¿Dónde quedaron los reclamos del matón de su novio? Sin reflexiones ni maquillaje la niña sale a la calle a recoger girasoles. Se deja, se abandona. Una mujer sola en la calle es una advertencia.
Los aparadores la traen, la frialdad de los maniquíes, el aroma a nuevo, la luz artificial que agranda sus ojos. Entra a la tienda, fascinada comienza a entristecer.
¿El vértigo de un hombre, su mirada, sus manos firmes podrán ser más que ella misma?
La niña ha comenzado a sentir los pulsos de un corazón dormido en una tienda con ropa siempre nueva. Alejandra entra a los vestidores a llorar lo poco que sabe, sus lágrimas son de aire.

domingo, 17 de mayo de 2009

Tus piernas no son sagradas

Caminamos sobre la amplitud de la noche, me pregunto ¿qué chingados haces junto a mi?
Muy en el fondo no quiero estar sobrio, no quiero tener que soportar tus estúpidos berrinches. ¿Por qué te respeto? El día que me canse de hacer preguntas también habrán salido mis ojos de sus cuentas.
Mientras miro al cielo no siento que estés caminando a mi lado, escucho tus tacones como animales que se comunican produciendo un toc-toc en intervalos.
Alejandra tus piernas no son sagradas.
-No quiero caminar más.
Entré a un bar cercano con la intención de besuquearme con una desconocida. No quiero saber nada de la boca que froto, no quiero preocuparme.
En la barra pido sin pensarlo un Vodka Tonic. El bar tender es un joven moreno, pelo negro. Alejandra se sienta a mi lado derecho, a mi izquierda una mujer de tez blanca mira el vaso que comienzo a beber, prende un cigarrillo, me ofrece de su cajetilla y sonriendo me acerco a besarla. Cierro los ojos, escucho todas las voces y no dicen nada. Estos labios que beso y saben a tabaco no me causan nada.
Me separo, a qué te dedicas me pregunta la chica, soy asesino, se ríe, fuma. Con esa forma de besar puedo creerte. Un cumplido que escucha Alejandra mientras grita ¡Zorra!
Para mi fue como escuchar ¡Hola!

Seguí bebiendo Tonic, seguí besando desconocidas. Poco a poco mi conciencia fue volviéndose blanda.

- Te gusta besar zorras verdad
- si, creo que si- respondí ebrio
- ¿A qué saben?
- A ti pero con menos pedos

Me gusta ofenderla pero no se va, qué ha pasado con ella.
¿Qué será?

túneles

He visto todos los rostros de esta fiesta, Alejandra baila perdiéndose entre ellos, su vestido negro hace que me sienta más enervado.
Todas las heridas de la noche anterior acabaron con 4 puntadas en la nuca.
Abro las puertas blancas del departamento en que estoy metido, esta puta fiesta es similar a muchas otras: música, sustancias y otra conciencia.
En el fondo estoy cansado de repetir el mismo nombre, perdido en un circulo pensando en lo mismo, desesperado salgo del piso que se encuentra en lo más alto de un edificio del centro. Alejandra corre tras de mi, su escándalo de niña consentida hace que sienta los pasillos más anchos y blancos, sólo túneles

El dedo me señala, yo pienso que detrás hay un vestido, debajo unas bragas y después un golpe muy bajo. Su cuerpo tiene las cualidades de un arma de la cual no puedo protegerme.
Pero es sólo eso, su cuerpo.

Ignorando sus ladridos bajo las escaleras y pronuncio una oración vil, quiero deshacerme de ella. Soy un cobarde.

domingo, 10 de mayo de 2009

una mancha, nada que yo conozca

La almohada cubierta de sangre, los ojos seducidos por la idea de luz son reprimidos. Pol se siente mareado por la pérdida de sangre, a su costado derecho Alejandra lo observa.
El cuarto ha quedado cubierto, es una mancha intensamente negra que huele a pólvora quemada y perfume español. Bajo la mancha dos cuerpos descansan, afuera todo es aterrador.

Alejandra no puede responder las preguntas que emergen de aquél cuerpo como pequeños hilos de sangre que bajan por la almohada, simulan palabras que se construyen gota a gota.
Ella, estática, no imagina respuestas. Acaricia al hombre ¿Será su tacto la respuesta? Recargando la mano sobre el rostro de Pol, insiste pero no hay nada.

Impávido, ve a Alejandra, ¿será dolor? no lo cree. Verla es incertidumbre, tumbado, siente que su cuerpo no encaja. ¿Dónde estoy sin Alejandra? Aquello frente a mí es únicamente una mancha, nada que yo conozca.
La certeza del tiempo, la sucesión de hechos, nubló cualquier certeza. Aquella noche tenían que volver a ser animales, comer carroña, reírse infatigables. Dos manchas mostrando los dientes sin miedo y cansancio.