domingo, 28 de septiembre de 2008

predecible e inepto

¿Qué puedo querer de ti Alejandra? La pregunta llena mi cabeza de impulsos ridículos, sonidos penetrantes y muchas ganas de perder la conciencia pensando en ti; lo sé, soy un primate que aprendió a escribir, pero siento un impulso caliente cada que te veo, no sé cómo llamarlo, no lo conozco.
Alejandra ¿qué me vas a decir? Ya sé, me vas a mirar como si fueras una virgen bondadosa, la mujer perfecta, la puta que lo aguanta todo, ¿no será así Alejandra? Tal vez exagero pero quisiera darte un poco de compañía.
Estoy sumamente confundido, extraño, por qué Alejandra? Estás lejos, cerca, yo no sé, no sé nada y por eso te escribo tan confundido, predecible e inepto.
Lo siento, siento sentir esta innombrable oscuridad por ti, quiero consumirte, es lo más próximo, lo más cercano.

Yo no quiero describirte, no quiero decirte nada, no puedo, me parece todo vano, pasajero, inocente y estupido. ¿Ilusionarme Alejandra, es necesario?

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Un animal en brama y sin conciencia

¿Cuál podía ser mi excusa? Frente a ti con los ojos dando vueltas y las manos llenas de sangre, no puedo decirte nada.
Cargada de incertidumbre se asoma una hora, un momento en que se derrumba todo y comienzo a perder la cabeza, quiero con ganas comerme los ojos y dejar de articular estupideces, pero es tan torpe y miserable que me quedo en casa
mordiéndome las uñas.


¿Cómo me niego
si me besas con los
ojos cerrados
y duermes del otro lado de la cama?

Me aburriré de ti.
Acabaré creyendo que te amo tanto como para escribir tonterías en la calle.
Estoy casi seguro que tengo una cara de idiota, que creo en todo, odio al mundo y sobre todo a mí por volver a caer, por volver a creer, por utiliza de nuevo la palabra: volver.

Es tan sencillo dominarme:
Me miras, te quitas un poco
de ropa y yo me quedo
como un animal en brama y sin conciencia

Volver, volver.
Dispararnos en la cara mutuamente y decir después te quiero aunque no sea así y más tarde me arranques una oreja porque te toqué el culo sin que tu quisieras.

Creo que he caído en el juego de un villano que se descubre inútil.
tu cuerpo hace que me sangren las encías y me pregunto si es por asco o por que has comenzado a envenenarme lentamente.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Dinero, balas y sangre

Ayer por la noche y sin quererlo salí a la calle enloquecido y comencé a dispararle a la gente por la espalda, no fue fácil, en realidad yo no sé cómo sucedió.
De pronto tenía ganas de hacer algo prohibido y me dio por usar mi rifle.
Ahora todo es un recuerdo ahogado.
Disparos por aquí, sangre, miembros, el terror en los ojos de alguien que sabe que va a morir y alguien que ya murió, yo no sé por qué agrandan tanto la muerte de un desconocido, es como si me preocupara por todos los cerdos que mueren, o árboles que caen, por eso yo tomé mi rifle y le dispare en la cara a mi vecino de cuarto, después bajé las escaleras y me sentí iluminado: todo era perfecto, tenía municiones y mucho huevos.
De bajo de mi departamento había un consultorio quiropráctico: un doctor entrando a los setenta que atendía por recomendación, lo maté con un disparo en la verga, murió agonizando de dolor delate de mí, después, con delicadeza registre sus gavetas, encontré diez mil pesos y los tomé, ahora todo parecía mejor: dinero, balas y sangre.
Salí a la calle sonriendo, escopeta en mano entré al club de nutrición de mi calle y sin decir nada disparé en la cara a la anciana que atendía el sitio, las dos personas que bebían la malteada nutritiva que te hacia comer como un cerdo quedaron boquiabiertas, hice un gesto amable y les disparé, salí después de prepararme una malteada y la calle era la misma, caminé un poco para salir a la avenida principal y una voz me alcanzó:
-lalo, lalo- me volví y era memo, al verlo gritó: ¡Caca caca ! y fue rumbo a la farmacia de la esquina y pidió gotas para ojos irritados, la gordamargada tendera no le hizo caso, memo espero mi arribo y me dijo en voz alta: -esta pendeja no entiende español, le voy a hablar en pendejo: ey tú, puta, quieres mi chele, eh, perra, tiene una putas gotas para mis ojos de mariguano, no sabes lo pendejo que estoy, la puta sed que tengo de meterte un tiro en la pinche trompa de marrano que tienes, eh, puta golfa de mierda.
Terminada la oración memo disparo con su mágnum al corazón de la marrana prieta, entró y tomó el dinero de la caja.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Toxina Envidiable

Estoy absorto y fascinado; mientras las chicas hablan yo me siento perdido, una música rara me guía, ahí sentado, estoy en un cuadro que se mueve sin mí.
-todos son unos pendejos-, gritó de pronto una chica.
Yo me reí mucho, era necesario ofender a todos para sentirnos a gusto, era necesario ambientarnos un poco para escupir el ego estúpido de nuestra generación; ocurría en todas las mesas: de pronto un idiota se levanta de la mesa y te patea la cara, pide disculpas y no pasa nada, una tontería infantil y decadente.

Ahí seguía yo divagando sin reparos en la mesa, todo está en orden (o parece estarlo): los chicos y las chicas lamiéndose el rostro en una esquina, la barra del bar llena de bebidas adulteradas, todo mundo infestado de alguna toxina envidiable…

En el centro sigo yo, perdido, pero no, no soy el centro, soy la orilla, el extremo deteriorado.

De pronto, en un giro, soy amigo del mundo, todos ríen, los enemigos, los marginados. El cuadro se mueve, gira despacio y dentro mi conciencia ha dejado un mensaje inesperado: Fui a la playa, vuelvo el lunes.

Regreso, regreso, no pasa nada, las chicas han vuelto y me acarician el muslo, no veo su rostro, no veo nada, sólo un destello cálido y con manos… ¿He dicho que me he perdido? ¿He dicho algo esta noche?

lunes, 8 de septiembre de 2008

X

Han pasado sólo tres cigarros
y mis ansias por quitarte la ropa siguen intactos.
¿Qué vas a inventar ahora para tratar de controlarme?
¿Dirás que te duele la cabeza, que te vino la regla,
que murió un tío cercanos, que hay guerra en el oriente?

¿Por qué no te desnudas despacio
y fumas conmigo?

No he sabido escucharte,
No he sabido follarte
No he sabido quién eres
¿Me repites tu nombre?

miércoles, 3 de septiembre de 2008

part 1

Ayer perdí los ojos en la calle,
Los tiré a la basura un poco molesto,
Qué necesidad de verte tanto tiempo,
Qué necesidad de aguantarte la carne.