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miércoles, 24 de septiembre de 2008

Un animal en brama y sin conciencia

¿Cuál podía ser mi excusa? Frente a ti con los ojos dando vueltas y las manos llenas de sangre, no puedo decirte nada.
Cargada de incertidumbre se asoma una hora, un momento en que se derrumba todo y comienzo a perder la cabeza, quiero con ganas comerme los ojos y dejar de articular estupideces, pero es tan torpe y miserable que me quedo en casa
mordiéndome las uñas.


¿Cómo me niego
si me besas con los
ojos cerrados
y duermes del otro lado de la cama?

Me aburriré de ti.
Acabaré creyendo que te amo tanto como para escribir tonterías en la calle.
Estoy casi seguro que tengo una cara de idiota, que creo en todo, odio al mundo y sobre todo a mí por volver a caer, por volver a creer, por utiliza de nuevo la palabra: volver.

Es tan sencillo dominarme:
Me miras, te quitas un poco
de ropa y yo me quedo
como un animal en brama y sin conciencia

Volver, volver.
Dispararnos en la cara mutuamente y decir después te quiero aunque no sea así y más tarde me arranques una oreja porque te toqué el culo sin que tu quisieras.

Creo que he caído en el juego de un villano que se descubre inútil.
tu cuerpo hace que me sangren las encías y me pregunto si es por asco o por que has comenzado a envenenarme lentamente.

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