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lunes, 20 de enero de 2014

OSIRIS-REx

Una empresa me habla y me dice
si deseo mandar un poema al espacio.
Es gratis? En efecto, responden; tienes
60 caracteres.

Medité la posibilidad sin que
la finalidad o el límite en la
forma me supieran a mierda de la NASA
o algún apoyo para aumentar el porcentaje
de seguidores de una cuenta virtual.

Mis 60 dígitos serían
como los de las otras
personas: menos
de la millonésima parte de un chip
incrustado en un satélite con rumbo
al asteroide Bennu.

¿Qué utilidad puede tener un poema
en el espacio?
Los poemas no mueren en el vacío
como los humanos pero igualmente
son inútiles.

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