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lunes, 27 de mayo de 2024

Niurka y el fin del mundo


Cuando conocí a Niurka vivía amarrada en una parte del rancho. 

Hoy la enterré a las 7:45 de la mañana.

Su muerte me duele

como duelen

las pérdidas de lo más preciado.


No se hacen funerales de

mascotas en mi pueblo.

Me dieron ganas de vivir en una ciudad

donde las funerarias de mascotas existen.


La palabra mascota es injusta, una porquería,

como las ciudades y los animales encerrados.


Les deberíamos llamar maestros o intérpretes.

Lenguaje de nariz.

Nariz de amor.

Niurka mi corazón te extraña.

¿qué más decir?

¿Saudade?

Extrañar. Palabra compleja: X y Ñ. 

Como si la sensación hubiera sido transcrita en español.


Odio el español y odio la muerte

que me ha hecho un hombre de barro

que se cae al romperse.


Odio el barro porque en su ceniza

está la muerte

y odio la muerte

porque se llevó a Niurka.


Murió Niurka y también morirá

este español en el que el dolor

me invade como si decir

cualquier palabra fuera sangrar

sangrar y emitir la luz roja

de la arteria más grande

que en lo escarlata nos ahoga


Odio la muerte

Odilo el español

Odio la ceniza que lo invade todo

y sobre todo odio a este

cuerpo que aprendió

a llorar antes de cualquier palabra.


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