Condenado a recurrir a
las mismas palabras
a la historia de mi
signo y sus espadas
(y
este poema tan patético e imbécil
como
la complacencia y la superación
tan
corto e idiota para poder
satisfacer a ¡oh las hordas de
buenos lectores!)
prefiero copiar a Sor
Juana:
Mi ángel prisión
mi
sombra sin hechizo
henchida
de fuga
lo
dictas casi todo
menos
el calor del agua
menos
el rigor del fuego
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