Parkersón Mal de Parker
o sólo Parker
En la calle ese es mi nombre (o mi sombra).
Sono un miserabile barstardo
Todos los días mientras vago indescifrable
entre las anchas calles que desfiguran
los envases vacíos de caguama familiar
imagino que algún muerto toca jazz.
Un muerto alegre toma mi mano sucia
sin importar que soy nadie que nunca
he sido algo como escribía el emo de Pessoa.
Así que de pronto este escenario que mis
nervios no toleran se vuelven un tablero
donde Jim Hall detiene la lluvia, no pares de beber
me dice, no importa que los poemas y las historias
sobre bebedores sean tan comunes como estar
triste y escuchar azul en verde;
entonces suspiro, al cerrar los ojos sólo escucho jazz,
un jazz intruso que me recuerda que nunca tendré
todos los sueños del mundo.
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