viernes, 4 de diciembre de 2015

Tan añejo como el copro

Estoy seguro que eres
mejor que una promo
y luces mejor en tus fotos.

El único momento en que
puedo dejar de pensar
es cuando me tocas,
es muy simple.

Un poema siempre habla
de poesía aunque en
la intimidad aquello
sea elusivo y hable de cosas "vagas".

Podemos acusarnos de no hacer
poesía social, de no estar a la
altura de nuestras circunstancias
y hablar sólo de nuestro pequeño
mundito pestilente e interior.

Este poema nació de la frente
de un cantante de pop,
este poema es la sangre de
una canción que palidece
cuando la comparamos con
la fundamental necesidad de
comer y tener refugio.

Este ínfimo poema sentimental
no es precioso ni habla del lenguaje
como materia, este poema
es un canto mudo sobre la muerte
de las élites y las castas,
las estúpidas castas que creen
tener la verdad guardada en
su linaje o en su desprecio.

Estoy seguro que eres mejor
que una promo de caguamas
a dos por 40 pesos.
Seguro de que no tienes tema
más grande que tú misma,
levanto la mano y señalo a los
adoradores de lo correcto,
los invito a meterse a rehabilitación
y comprobar que su mundito de
reglas es una droga tan añeja
como el olor a copro.

Nuestra vida, nuestra alegre presencia,
sólo se pudre por nuestra propia toxina.

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