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lunes, 29 de abril de 2024

La familia y los problemas


Terminé de ver Bronca. Ver series no es mi deporte favorito, comparto las sensaciones de quienes simplemente ponen algo como sonido de fondo. Pero vi Bronca por las  reseñas y después de acabar el drama de asiáticos viviendo en Estados Unidos, me quedó la sensación de que todo gran drama siempre incluye a la familia. Como cualquier tragedia griega, Bronca es una radiografía familiar en un contexto de migración.

Aunque inicialmente Lee Sung Jin, escritor de la serie, pretende desviar toda la atención en un accidente de tránsito. El autor intenta construir un recorrido minucioso en la vida de los personajes, todos unidos por vínculos de sangre, todos familia.


La parte en la que no pude conectar con la historia es el final, precipitado y con una idea entre mística y socialista de que la realidad de los protagonistas es la misma y son un mismo espíritu. Todo esto resuena con la premisa citada en la serie: la hermandad espiritual, que habla de dos almas que se entienden perfectamente. Socialismo espiritual a la coreana.


Por ser una serie de más de cinco capítulos a la mitad le cuesta trabajo mantener la tensión, pero es mínima esa sensación considerando todo lo que pretenden explicar respecto a la intimidad de los personajes. Como cualquier serie abre líneas argumentativas que después ya no se cierran o que simplemente están ahí para desviar la atención.


Por otro lado me pareció trascendente uno de los mensajes insistentes de la serie: sin importar la cantidad de dinero en el banco, siempre existirán problemas familiares. O como se dijo primero en México: “Los ricos también lloran”. Ese mensaje en el contexto de Bronca es la confirmación de la muerte del sueño americano. 


Este mensaje fue importante en mi visión de la serie debido a que tengo bastante familia en el Otro Lado. Me consta que aunque mis familiares no están físicamente conmigo, sus problemas y emociones cruzan la frontera más rápido que un envío. Esta relación es levemente mostrada en Bronca, pero como el tema no es ese, pasa de largo.


Menciono algunos detalles que me gustaron: la música de finales de los años noventa y principios de los dos mil con bandas como Incubus, Keane o Limp Bizkit. En general toda la reflexión de la generación nacida a mediados de los ochenta me pareció agradable tanto porque pertenezco a ella como por lo importante que son esos detalles en la construcción de los personaje y de la serie en general, que coquetea con un lenguaje simbólico en toda la serie, de ahí que en cada inicio de capítulo se muestra una pintura que pretende ser una alusión a lo que sucederá más adelante. 


Vean Bronca, si no, vean otra.


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