Tierra Despejada
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martes, 3 de septiembre de 2024
Grillos bajo el agua
miércoles, 21 de agosto de 2024
Oaxaca desde el Fortín
Al subir las escaleras del Fortín
descubrí que que hay que tenerle
paciencia a la poesía.
O al menos a los poetas como yo:
que contaminamos con el papel higiénico
y también con nuestra poesía.
No me hace sentir mal descubrir
que la poesía también se acumula
como la basura que el Municipio no levanta.
a 60 la bolsa con los privados
No puedo culpar al servicio de recolección
por no levantar la basura
como no puedo culpar a los poetas
de dejan deformes rastros de un
poema sucio e inconcluso.
Hay que tenerle paciencia a la poesía.
De otro modo tendríamos siempre
el mismo rostro y expresión de quienes
se quedan esperando a que
el servicio recojan sus desechos
La paciencia que tuvieron
todas la generaciones
que no conocieron una pantalla táctil
y un mensaje instantáneo para
ejercer de un sol un ombligo.
Con más paciencia y poesía
podríamos resucitar al río Atoyac
y volver a escribir sobre una
ciudad verdinegra con un río ultanegro
donde las personas caminan
sobre el agua de la noche con la esperanza
de encontrar entre la basura
los rastros de un poema distinto,
donde las palabras no caminen.
De cualquier manera qué más podemos
darle a los poetas si no la paciencia
de saber que no serán levantados
por el servicio de recolección
de desechos orgánicos del Municipio.
Qué más podemos darles si en
las nóminas cada vez entran
menos poetas y más basura
Paciencia a la poesía porque
ya somos muchos
muchos técnicos, muchos cansados
más cotidianos y más de los contrarios.
Si acaso fuera suficiente gritar desde
el Mirador del Fortín
parado sobre las canteras y
gritar muy duro el mismo verso
en 27 lenguas oaxaqueñas
para transformar a todos los
recolectores de basura en poetas
¿o quizá ya lo son?
Quizá ese ha sido siempre
el gran disfraz de los poetas:
personas detrás de la basura de otras personas.
Personas que levantan el desecho de otras personas para ponerlo en su lugar.
Pero ¿cuál es el lugar perfecto
de los desechos? si no la poesía
Si acaso tuviéramos los medios
haríamos una hoguera eterna
con los desechos imperfectos
de tanta y tanta poesía.
Una hoguera contenida en una bolsa reciclable de basura.
Como tenemos los medios no hacemos hogueras,
en vez de eso hacemos grandes pilas de copro y basura
que acumulamos dentro del Atoyac.
Al subir las escaleras y llegar al mirador del Frontín
miré las cúpulas de Santo Domingo
y también quise ser otro:
Un dominico sin paciencia para bañarse en el S.XVII;
Un militar absurdo y su caballo cagando en plena Independencia;
Un cómico en el Hotel Fortín o en el Corcel Negro;
Un político mezquino y arrogante en plena Revolución;
Quise ser un artista sumiso y en silencio en pleno Modernismo;
Un guiño entre dos conspiradores;
Tres bofetadas de Margarita Maza;
Una buena peda con Porfirio Díaz.
Un esclavo zapoteca gigante que destruye
las cúpulas de la catedral en pleno Virreinato.
Hay que subir las escaleras del Fortín
y que cada paso sea más paciencia
para los poemas desechables de hoy en día;
más y más absurda paciencia para
aquellas personas que no se
avergüenzan de las pequeñas cosas ridículas,
para quienes despertaron dispuestos
a pedir prestado y no pagar;
para quienes hablan conmigo y me contradicen.
jueves, 8 de agosto de 2024
Cuando te pregunten
Para Salma, mi prima
Cuando te pregunten qué es un poema
diles que es una mentira.
Una mentira tan grande que todos comienzan a creerla.
Los poemas mienten tanto
que llegan a decir ser puro amor,
de ese amor completo que se siente
como los dientes que no mienten.
No te culpes que al leer
del amor que nace
sientas los dientes.
Debes sentirte dichosa de
sentir el amor que no has tenido
o al menos darte cuenta
que en el poema está el amor fingido.
Vuelve a leer y recuerda que
en el amor y la poesía
los vuelos muchas veces no tienen destino.
martes, 6 de agosto de 2024
El cierre de La Nueva Babel
Nunca seré un gran poeta,
No he querido ser un gran poeta.
Aparte de eso, he leído todos mis sueños frente a los oídos sordos de la Nueva Babel.
Vean la ventana de La Nueva Babel
Una ventana como las millones que hay en el Rosario y Punta Vizcaya y nadie conoce.
Ventanas como esta que deja ver el misterio de los paso que cruzan la calle,
una calle indiferente a todos los pensamientos,
real y desconocida, bloqueable y verde como los caprichos
una calle que guarda el misterio de las cosas y los seres,
que en sus manchas húmedas ve reflejos imposibles que únicamente
el cielo de la noche oaxaqueña podría entender.
Hoy que se acaba la Nueva Babel estoy convencido como si la verdad fuera mía.
Lúcido como Pepe Molina antes de morir,
quien nos dijo que su única hermandad eran sus despedidas
y que todos a los 20 años éramos el mejor poeta del quinto sol.
Hoy estoy de nuevo en la Nueva Babel y parece que soy aquél
que pensó y encontró y olvidó.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que debo a la Nueva Babel
y la sensación de que todo ha sido inútil como la poesía
de un punk sin cresta.
Fallé en todo.
Lo que me enseñaron lo aventé en el baño.
Me recomendaron ir a Etla para encontrar la grandeza.
Encontré solo plantas y árboles
y la gente era igual a la otra.
Así que tomo otra vez el micrófono y no hay nada en qué pensar.
¿Qué puedo saber de la poesía, yo que no he escrito ningún poema?
¿Ser un poeta? ¿Un poeta oaxaqueño? ¡pero hay tantos oaxaqueños sensibles!
Y hay tantos que piensan ser poetas que no podemos ser tantos.
¿El mejor poeta de Oaxaca? En este momento en todas las regiones
Cien mil cerebros se creen en sueños el mejor poeta de Oaxaca
y la historia no recordará mas que una y otra vez a Álvaro Carrillo,
y únicamente quedará un muladar de palabras repetidas para tantos futuros poetas.
No, la neta en mí no creo.
¿Cuántos genios a esta misma hora soñaron bebiendo en el patio de La Nueva Babel?
¿Cuántas altas, nobles y lúcidas poetas, quizá realizables,
no verán nunca la luz ni llegarán a los oídos de Valente?
Cuando comenzamos los martes de poesía el mundo ya estaba conquistado
y nosotros apenas y soñábamos con crear un movimiento y evadir impuestos.
He soñado más que todas las hazañas de Benito Juárez
y sus borreguitos cruzando a Sierra.
He abrazado en fantasías a más poetas que ningún Tanat.
He reescrito en secreto más libros que César Rito.
Pero soy y seré siempre el de los martes de poesía en la Nueva Babel,
aunque tenga dos años sin venir a que me ignoren y Juma vuelva a
dejar a los mismos borrachos cantar las mismas canciones.
Seré siempre el que no nació para ser maestro de la S-22.
Seré siempre el Azarel Rodríguez que sólo tenía algunas cualidades,
Seré siempre el que aguardó a que le invitaran un trago de la botella vacía,
el que cantó el Dios Nunca Muere en francés para hacerse el interesante,
el que oyó la voz de la Virgen de Juquila en la de un niño vendedor de cigarros.
¿Creer en mí? Ni en mí ni en la APPO.
Mientras nadie recoge la basura que venga lo que tenga que venir.
Somos esclavos de un pulso que nos despierta en lo opaco
y al abrir los ojos todo es ajeno.
(Chíngate una promo Ena, chíngate una promo
mira que no hay más trascendencia que chingarse una promo,
recuerda que no hay sacerdotes honestos como Dona.
Chínguense esa promo, sucios poetas, chínguense esa promo.
Si yo pudiese beber con la misma verdad con la que ustedes beben.
Pero yo lo dudo y al dudarlo se queman las hojas, se acaba el papel).
Queda al menos la amargura del cierre de la Nueva Babel,
la ceniza inconclusa de tantos besos y encuentros que fueron umbral de lo imposible.
Los amantes se han quedado sin lágrimas,
y la ropa sucia que soy inundará el tumulto de las pacas de ropa americana
(Tú que vives y reinas y no existes y por eso consuelas,
Dios griego, estatua, basílica, imposible y ausente,
príncipe de los trovadores, estocada de los idiotas,
sea lo que seas, si puedes inspirar, inspiranos.
Este pecho es un cuenco vacío que invoca espíritus
que a su vez me invocan y nada aparece.
En cambio sigo viendo a través de la ventana de Babel
y veo que también existen perros, que hay tiendas nuevas
y cada vez más caras pálidas y pieles blancas y todo
me parece condenado a la degradación y nada parece ajeno).
Hoy no hay oaxaqueño al que no envidie solo por no ser yo.
En cada uno veo al andrajo, la miseria y la mentira.
Fui por el camino más oscuro.
Me vestí con danzante de la pluma, creyeron que yo era lo que no era,
no los desmentí y acabe perdido y brincando.
Al arrancarme el penacho lo tenía pegado y al verme al espejo todo era desfiguro.
Me emborraché y nunca más pude entrar en el disfraz.
Me volví un perro inofensivo tolerado por los meseros de la Nueva Babel.
Pero voy a recitar todo de memoria y a ladridos para probar que soy sublime.
¿Quién podrá valorar la música de mis versos inútiles y no
creer que soy el poser que siempre leía los martes de poesía?
Me arden los pies cuando me doy cuenta que estoy existiendo
y me siento un borracho imprudente que le tira la cheve a Juma.
Valente aparece en la Nueva Babel y mira desde la puerta.
Se ve incómodo como si tuviera un sueño torcido, lo sé, lo veo.
Él morirá y yo moriré
El dejará Babel y yo dejaré mis versos.
En un momento dado morirá Babel y morirán mis versos.
Más tarde morirá esta calle donde estamos todos
y el idioma en que ahora nos entendemos.
Después morirá primero Oaxaca porque soportó mis versos.
Pero en otros planetas algo parecido a un poeta continuará
haciendo cosas parecidas a la Suave Patria y los leerá en algo parecido
al martes dentro de algo parecido a la Nueva Babel y
otra vez un Juma y un poeta invitado,
y otra vez un poema inútil como cualquier otro poema inútil.
y de nuevo un alucín explicando lo imposible y lo real,
y de nuevo un gabachero explicándole en la barra
a una gringa que the deep is so imposible like the surface.
Miren, alguien acaba de entrar a la Nueva Babel (¿para leer un poema?),
y de pronto toda la realidad cae sobre mí:
ya no habrá más martes de poesía.
Déjenme verme en sus ojos aunque sea a medias,
déjenme estar convencido y enérgico
para reconocer que en estos versos diré lo contrario.
martes, 18 de junio de 2024
Paternidades
Fue el día del padre y observé en mis redes más reclamos que felicitaciones. No puedo decir que me sorprendió o que me desilusionó. De unos años para acá el tema de la paternidad en mi vida ha sido cuestionado y puesto en duda por mis más cercanos.
Lo entiendo como habitante del primer cuarto de siglo, este momento en que el rol y significado de lo masculino es sometido a nuevas perspectivas.
Como mi vida se ha vuelto una constante tensión entre lo moderno y lo tradicional, entiendo que esa misma tensión habita la realidad del país. Un país que vive en la eterna paradoja de las dos personalidades: de lo rural a lo citadino.
En el pueblo en el que vivo la regularidad de padres ausentes se vuelve más evidente por los pocos habitantes. Sobran las historias de hijos educados por sus padrinos o por sus tíos; historias de padres que por elección o condición dejaron a sus hijos. Madres, tías, abuelas que ocuparon ese lugar que los hombres no llenaban. Quizá por esa razón el pueblo está lleno de personas sensibles al arte, sobre todo a la danza, la música, la pintura y la poesía.
Mi caso fue el de un niño educado por sus tíos y abuelos. Al ser muy joven mi madre, muchas responsabilidades fueron compartidas con sus hermanos. Ese inicio cambió mi destino: recibí el nombre de mi abuelo y me registró como su hijo. Tenía nombre, apellido y un padre. Mi abuelo fue muy condescendiente conmigo, peleaba con mi madre y mi abuela por consentirme. Después de todo, al ser el primer nieto fuí como el primer muñequito con el que jugaron mis parientes.
Con la fortuna del nombre y el apellido en mi vida el rol paterno siempre fue confuso. Mi abuelo en el papel es mi padre, pero en la práctica fue mi abuelo y todo el pueblo se encargaba de recordármelo. En la práctica lo más cercano a un padre ha sido mi tío Héctor, pero al mismo tiempo no hubo nadie más cerca de mí que mi madre, con quien he vivido alegrías, tristezas y enfermedades.
No es un cliché decir que lo más cercano a un padre fue mi madre. En la práctica me descubrí con muchos rasgos de su personalidad y otros completamente diferentes. Natural para un hijo que fue educado por una madre soltera durante veinticinco años.
A la par con estas ideas no puedo evitar reconocer que como en todas mis ramas familiares, la vivienda compartida fue parte de mi vida durante más de veinte años. Como muchos jóvenes que llegan a la ciudad de Oaxaca provenientes de los diverso pueblos del estado, mis tíos y mi madre llegaron a la Verde Antequera y vivieron juntos en la misma casa por al menos ocho años, en los cuales viví con mis tíos y en los que se estableció el amor y respeto que siento por ellos.
La única certeza que tengo respecto a la paternidad es que no es un concepto fijo. No hay una sola paternidad, pero en todas debería caber la responsabilidad afectiva, el cuidado y el amor a los hijos, principios que funcionan en el pueblo más escondido o la ciudad más moderna.
viernes, 7 de junio de 2024
Tres mil quinientos votos
La resaca de la victoria en las votaciones de TX terminó el martes cuatro de junio.
El padrón de electores en TX es de apenas tres mil setecientos ochenta y ocho votantes.
El ganador de este año logró el triunfo con mil cuatrocientos treinta y un votos. Se leen pocos, pero en una comunidad de menos de cuatro mil votantes son una mayoría suficiente.
La realidad de los números puede ser tajante y fría. TX queda dividido en tres partes. Si el ganador pudo conseguir la victoria por menos de la mitad de los votos fue precisamente porque la contienda tuvo tres candidatos fuertes. Lo que repartió el voto y también dividió a la comunidad.
No quiero que se entienda la división como un asunto de fuego y sangre, me refiero a esa natural separación entre contrincantes políticos, cuando las aguas se calmen y las emociones se disipen seguramente quienes hayan peleado se reagruparán.
Si esto no sucede a TX le esperan un par de años de confrontación y diferencias. El reto del ganador será gobernar para todos y aprovechar su cercanía con el gobernador y los senadores del mismo partido para concretar obras y proyectos para TX.
Me quedo pensando en los mil quinientos votos necesarios para ganar la presidencia de TX. Se lee tan cercana la cifra que ha seducido a muchos y defraudado a más. Por años la cantidad de votos para ganar se ha mantenido intacta y a pesar de ello el objetivo no es fácil de conquistar.
Aunque el número parece pequeño, la intimidad de la votación en TX es una de las principales dificultades. En TX las personas conocen la historia de vida de sus vecinos, quiénes son tus padres y abuelos. Esto hace que la votación contenga el ingrediente de cercanía familiar. El motivo para votar o no por un candidato en TX puede ser que te caiga bien o mal.
Para no entrar en batallas inútiles me tomé la libertad de colocar mi nombre en el voto correspondiente a presidente municipal. En el conteo oficial aparece un candidato no registrado y su equivalencia: 0.262 por ciento. Me siento contento de haberme quedado a cinco votos de dos candidatos que invirtieron miles de pesos más que yo y a diez votos del Verde.
lunes, 27 de mayo de 2024
Niurka y el fin del mundo
Cuando conocí a Niurka vivía amarrada en una parte del rancho.
Hoy la enterré a las 7:45 de la mañana.
Su muerte me duele
como duelen
las pérdidas de lo más preciado.
No se hacen funerales de
mascotas en mi pueblo.
Me dieron ganas de vivir en una ciudad
donde las funerarias de mascotas existen.
La palabra mascota es injusta, una porquería,
como las ciudades y los animales encerrados.
Les deberíamos llamar maestros o intérpretes.
Lenguaje de nariz.
Nariz de amor.
Niurka mi corazón te extraña.
¿qué más decir?
¿Saudade?
Extrañar. Palabra compleja: X y Ñ.
Como si la sensación hubiera sido transcrita en español.
Odio el español y odio la muerte
que me ha hecho un hombre de barro
que se cae al romperse.
Odio el barro porque en su ceniza
está la muerte
y odio la muerte
porque se llevó a Niurka.
Murió Niurka y también morirá
este español en el que el dolor
me invade como si decir
cualquier palabra fuera sangrar
sangrar y emitir la luz roja
de la arteria más grande
que en lo escarlata nos ahoga
Odio la muerte
Odilo el español
Odio la ceniza que lo invade todo
y sobre todo odio a este
cuerpo que aprendió
a llorar antes de cualquier palabra.