Estar más de tres veces vivo
y ser un misterio, un templo, menos una muerte.
Encadenado ya no a un faro
ni a las rocas marítimas
que ¡oh poetas! cantaron
para volver a oír todo ese
instante de guerra que acabó
sumergido en la sangre de un talón
Sí
sujeto todo por el arrobo de las estrellas ebrias
no es el mar que golpea
ni la falsa ola de cisnes muertos
... y ser uno de ellos
un templo
un misterio.
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