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martes, 3 de septiembre de 2024

Grillos bajo el agua

Tomando mi chela
en el río escucho los grillos.
Saltan al agua...
Quieren mi guama

miércoles, 21 de agosto de 2024

Oaxaca desde el Fortín


Al subir las escaleras del Fortín

descubrí que que hay que tenerle

paciencia a la poesía.


O al menos a los poetas como yo:

que contaminamos con el papel higiénico

y también con nuestra poesía.


No me hace sentir mal descubrir

que la poesía también se acumula 

como la basura que el Municipio no levanta.

a 60 la bolsa con los privados


No puedo culpar al servicio de recolección

por no levantar la basura

como no puedo culpar a los poetas

de dejan deformes rastros de un

poema sucio e inconcluso.


Hay que tenerle paciencia a la poesía.

De otro modo tendríamos siempre

el mismo rostro y expresión de quienes

se quedan esperando a que

el servicio recojan sus desechos


La paciencia que tuvieron

todas la generaciones

que no conocieron una pantalla táctil 

y un mensaje instantáneo para

ejercer de un sol un ombligo.


Con más paciencia y poesía

podríamos resucitar al río Atoyac

y volver a escribir sobre una

ciudad verdinegra con un río ultanegro

donde las personas caminan 

sobre el agua de la noche con la esperanza

de encontrar entre la basura

los rastros de un poema distinto,

donde las palabras no caminen.


De cualquier manera qué más podemos

darle a los poetas si no la paciencia

de saber que no serán levantados

por el servicio de recolección

de desechos orgánicos del Municipio. 

Qué más podemos darles si en 

las nóminas cada vez entran

menos poetas y más basura


Paciencia a la poesía porque

ya somos muchos

muchos técnicos, muchos cansados

más cotidianos y más de los contrarios.


Si acaso fuera suficiente gritar desde

el Mirador del Fortín

parado sobre las canteras y

gritar muy duro el mismo verso

en 27 lenguas oaxaqueñas

para transformar a todos los

recolectores de basura en poetas

¿o quizá ya lo son?
Quizá ese ha sido siempre

el gran disfraz de los poetas:

personas detrás de la basura de otras personas.

Personas que levantan el desecho de otras personas para ponerlo en su lugar.


Pero ¿cuál es el lugar perfecto

de los desechos? si no la poesía

Si acaso tuviéramos los medios

haríamos una hoguera eterna

con los desechos imperfectos

de tanta y tanta poesía.

Una hoguera contenida en una bolsa reciclable de basura.

Como tenemos los medios no hacemos hogueras,

en vez de eso hacemos grandes pilas de copro y basura

que acumulamos dentro del Atoyac.


Al subir las escaleras y llegar al mirador del Frontín

miré las cúpulas de Santo Domingo

y también quise ser otro:

Un dominico sin paciencia para bañarse en el S.XVII;

Un militar absurdo y su caballo cagando en plena Independencia;

Un cómico en el Hotel Fortín o en el Corcel Negro;

Un político mezquino y arrogante en plena Revolución;

Quise ser un artista sumiso y en silencio en pleno Modernismo;

Un guiño entre dos conspiradores;

Tres bofetadas de Margarita Maza;

Una buena peda con Porfirio Díaz.

Un esclavo zapoteca gigante que destruye

las cúpulas de la catedral en pleno Virreinato.


Hay que subir las escaleras del Fortín

y que cada paso sea más paciencia

para los poemas desechables de hoy en día;

más y más absurda paciencia para

aquellas personas que no se

avergüenzan de las pequeñas cosas ridículas,

para quienes despertaron dispuestos

a pedir prestado y no pagar;

para quienes hablan conmigo y me contradicen.



jueves, 8 de agosto de 2024

Cuando te pregunten





                                                                                        Para Salma, mi prima


Cuando te pregunten qué es un poema

diles que es una mentira.

Una mentira tan grande que todos comienzan a creerla.

                                                                                                          

Los poemas mienten tanto 

que llegan a decir ser puro amor,

de ese amor completo que se siente

como los dientes que no mienten.


No te culpes que al leer

del amor que nace

sientas los dientes.


Debes sentirte dichosa de

sentir el amor que no has tenido

o al menos darte cuenta 

que en el poema está el amor fingido.


Vuelve a leer y recuerda que

en el amor y la poesía

los vuelos muchas veces no tienen destino.

 

martes, 6 de agosto de 2024

El cierre de La Nueva Babel


 Nunca seré un gran poeta,

No he querido ser un gran poeta.

Aparte de eso, he leído todos mis sueños frente a los oídos sordos de la Nueva Babel.


Vean la ventana de La Nueva Babel

Una ventana como las millones que hay en el Rosario y Punta Vizcaya y nadie conoce.

Ventanas como esta que deja ver el misterio de los paso que cruzan la calle,

una calle indiferente a todos los pensamientos,

real y desconocida, bloqueable y verde como los caprichos

una calle que guarda el misterio de las cosas y los seres,

que en sus manchas húmedas ve reflejos imposibles que únicamente

el cielo de la noche oaxaqueña podría entender.


Hoy que se acaba la Nueva Babel estoy convencido como si la verdad fuera mía.

Lúcido como Pepe Molina antes de morir,

quien nos dijo que su única hermandad eran sus despedidas

y que todos a los 20 años éramos el mejor poeta del quinto sol.


Hoy estoy de nuevo en la Nueva Babel y parece que soy aquél 

que pensó y encontró y olvidó.

Hoy estoy dividido entre la lealtad que debo a la Nueva Babel

y la sensación de que todo ha sido inútil como la poesía

de un punk sin cresta.


Fallé en todo.

Lo que me enseñaron lo aventé en el baño.

Me recomendaron ir a Etla para encontrar la grandeza.

Encontré solo plantas y árboles

y la gente era igual a la otra.

Así que tomo otra vez el micrófono y no hay nada en qué pensar.


¿Qué puedo saber de la poesía, yo que no he escrito ningún poema?

¿Ser un poeta? ¿Un poeta oaxaqueño? ¡pero hay tantos oaxaqueños sensibles!

Y hay tantos que piensan ser poetas que no podemos ser tantos.


¿El mejor poeta de Oaxaca? En este momento en todas las regiones

Cien mil cerebros se creen en sueños el mejor poeta de Oaxaca

y la historia no recordará mas que una y otra vez a Álvaro Carrillo,

y únicamente quedará un muladar de palabras repetidas para tantos futuros poetas.

No, la neta en mí no creo.

¿Cuántos genios a esta misma hora soñaron bebiendo en el patio de La Nueva Babel?

¿Cuántas altas, nobles y lúcidas poetas, quizá realizables,

no verán nunca la luz ni llegarán a los oídos de Valente?


Cuando comenzamos los martes de poesía el mundo ya estaba conquistado

y nosotros apenas y soñábamos con crear un movimiento y evadir impuestos.

He soñado más que todas las hazañas de Benito Juárez

y sus borreguitos cruzando a Sierra.

He abrazado en fantasías a más poetas que ningún Tanat.

He reescrito en secreto más libros que César Rito.

Pero soy y seré siempre el de los martes de poesía en la Nueva Babel,

aunque tenga dos años sin venir a que me ignoren y Juma vuelva a

dejar a los mismos borrachos cantar las mismas canciones.

Seré siempre el que no nació para ser maestro de la S-22.

Seré siempre el Azarel Rodríguez que sólo tenía algunas cualidades,

Seré siempre el que aguardó a que le invitaran un trago de la botella vacía,

el que cantó el Dios Nunca Muere en francés para hacerse el interesante,

el que oyó la voz de la Virgen de Juquila en la de un niño vendedor de cigarros.

¿Creer en mí? Ni en mí ni en la APPO.


Mientras nadie recoge la basura que venga lo que tenga que venir.


Somos esclavos de un pulso que nos despierta en lo opaco

y al abrir los ojos todo es ajeno.


(Chíngate una promo Ena, chíngate una promo

mira que no hay más trascendencia que chingarse una promo,

recuerda que no hay sacerdotes honestos como Dona.

Chínguense esa promo, sucios poetas, chínguense esa promo.

Si yo pudiese beber con la misma verdad con la que ustedes beben.

Pero yo lo dudo y al dudarlo se queman las hojas, se acaba el papel).


Queda al menos la amargura del cierre de la Nueva Babel,

la ceniza inconclusa de tantos besos y encuentros que fueron umbral de lo imposible.

Los amantes se han quedado sin lágrimas, 

y la ropa sucia que soy inundará el tumulto de las pacas de ropa americana



(Tú que vives y reinas y no existes y por eso consuelas,

Dios griego, estatua, basílica, imposible y ausente,

príncipe de los trovadores, estocada de los idiotas,

sea lo que seas, si puedes inspirar, inspiranos.

Este pecho es un cuenco vacío que invoca espíritus 

que a su vez me invocan y nada aparece.

En cambio sigo viendo a través de la ventana de Babel

y veo que también existen perros, que hay tiendas nuevas

y cada vez más caras pálidas y pieles blancas y todo

me parece condenado a la degradación y nada parece ajeno).


Hoy no hay oaxaqueño al que no envidie solo por no ser yo. 

En cada uno veo al andrajo, la miseria y la mentira.


Fui por el camino más oscuro.

Me vestí con danzante de la pluma, creyeron que yo era lo que no era,

no los desmentí y acabe perdido y brincando.

Al arrancarme el penacho lo tenía pegado y al verme al espejo todo era desfiguro.

Me emborraché y nunca más pude entrar en el disfraz.

Me volví un perro inofensivo tolerado por los meseros de la Nueva Babel.

Pero voy a recitar todo de memoria y a ladridos para probar que soy sublime.


¿Quién podrá valorar la música de mis versos inútiles y no

creer que soy el poser que siempre leía los martes de poesía?

Me arden los pies cuando me doy cuenta que estoy existiendo

y me siento un borracho imprudente que le tira la cheve a Juma.


Valente aparece en la Nueva Babel y mira desde la puerta.

Se ve incómodo como si tuviera un sueño torcido, lo sé, lo veo.

Él morirá y yo moriré

El dejará Babel y yo dejaré mis versos.

En un momento dado morirá Babel y morirán mis versos.

Más tarde morirá esta calle donde estamos todos

y el idioma en que ahora nos entendemos.

Después morirá primero Oaxaca porque soportó mis versos.

Pero en otros planetas algo parecido a un poeta continuará

haciendo cosas parecidas a la Suave Patria y los leerá en algo parecido

al martes dentro de algo parecido a la Nueva Babel y

otra vez un Juma y un poeta invitado,

y otra vez un poema inútil como cualquier otro poema inútil.

y de nuevo un alucín explicando lo imposible y lo real,

y de nuevo un gabachero explicándole en la barra

a una gringa que the deep is so imposible like the surface.


Miren, alguien acaba de entrar a la Nueva Babel (¿para leer un poema?),

y de pronto toda la realidad cae sobre mí:

ya no habrá más martes de poesía.

Déjenme verme en sus ojos aunque sea a medias,

déjenme estar convencido y enérgico

para reconocer que en estos versos diré lo contrario.


martes, 18 de junio de 2024

Paternidades



Fue el día del padre y observé en mis redes más reclamos que felicitaciones. No puedo decir que me sorprendió o que me desilusionó. De unos años para acá el tema de la paternidad en mi vida ha sido cuestionado y puesto en duda por mis más cercanos.

Lo entiendo como habitante del primer cuarto de siglo, este momento en que el rol y significado de lo masculino es sometido a nuevas perspectivas.


Como mi vida se ha vuelto una constante tensión entre lo moderno y lo tradicional, entiendo que esa misma tensión habita la realidad del país. Un país que vive en la eterna paradoja de las dos personalidades: de lo rural a lo citadino. 


En el pueblo en el que vivo la regularidad de padres ausentes se vuelve más evidente por los pocos habitantes. Sobran las historias de hijos educados por sus padrinos o por sus tíos; historias de padres que por elección o condición dejaron a sus hijos. Madres, tías, abuelas que ocuparon ese lugar que los hombres no llenaban. Quizá por esa razón el pueblo está lleno de personas sensibles al arte, sobre todo a la danza, la música, la pintura y la poesía.


Mi caso fue el de un niño educado por sus tíos y abuelos. Al ser muy joven mi madre, muchas responsabilidades fueron compartidas con sus hermanos. Ese inicio cambió mi destino: recibí el nombre de mi abuelo y me registró como su hijo. Tenía nombre, apellido y un padre. Mi abuelo fue muy condescendiente conmigo, peleaba con mi madre y mi abuela por consentirme. Después de todo, al ser el primer nieto fuí como el primer muñequito con el que jugaron mis parientes.


Con la fortuna del nombre y el apellido en mi vida el rol paterno siempre fue confuso. Mi abuelo en el papel es mi padre, pero en la práctica fue mi abuelo y todo el pueblo se encargaba de recordármelo. En la práctica lo más cercano a un padre ha sido mi tío Héctor, pero al mismo tiempo no hubo nadie más cerca de mí que mi madre, con quien he vivido alegrías, tristezas y enfermedades. 




No es un cliché decir que lo más cercano a un padre fue mi madre. En la práctica me descubrí con muchos rasgos de su personalidad y otros completamente diferentes. Natural para un hijo que fue educado por una madre soltera durante veinticinco años.

A la par con estas ideas no puedo evitar reconocer que como en todas mis ramas familiares, la vivienda compartida fue parte de mi vida durante más de veinte años. Como muchos jóvenes que llegan a la ciudad de Oaxaca provenientes de los diverso pueblos del estado, mis tíos y mi madre llegaron a la Verde Antequera y vivieron juntos en la misma casa por al menos ocho años, en los cuales viví con mis tíos y en los que se estableció el amor y respeto que siento por ellos.


La única certeza que tengo respecto a la paternidad es que no es un concepto fijo. No hay una sola paternidad, pero en todas debería caber la responsabilidad afectiva, el cuidado y el amor a los hijos, principios que funcionan en el pueblo  más escondido o la ciudad más moderna.


viernes, 7 de junio de 2024

Tres mil quinientos votos



La resaca de la victoria en las votaciones de TX terminó el martes cuatro de junio.

El padrón de electores en TX es de apenas tres mil setecientos ochenta y ocho votantes. 

El ganador de este año logró el triunfo con mil cuatrocientos treinta y un votos. Se leen pocos, pero en una comunidad de menos de cuatro mil votantes son una mayoría suficiente.


La realidad de los números puede ser tajante y fría. TX queda dividido en tres partes. Si el ganador pudo conseguir la victoria por menos de la mitad de los votos fue precisamente porque la contienda tuvo tres candidatos fuertes. Lo que repartió el voto y también dividió a la comunidad.


No quiero que se entienda la división como un asunto de fuego y sangre, me refiero a esa natural separación entre contrincantes políticos, cuando las aguas se calmen y las emociones se disipen seguramente quienes hayan peleado se reagruparán.


Si esto no sucede a TX le esperan un par de años de confrontación y diferencias. El reto del ganador será gobernar para todos y aprovechar su cercanía con el gobernador y los senadores del mismo partido para concretar obras y proyectos para TX.


Me quedo pensando en los mil quinientos votos necesarios para ganar la presidencia de TX. Se lee tan cercana la cifra que ha seducido a muchos y defraudado a más. Por años la cantidad de votos para ganar se ha mantenido intacta y a pesar de ello el objetivo no es fácil de conquistar.


Aunque el número parece pequeño, la intimidad de la votación en TX es una de las principales dificultades. En TX las personas conocen la historia de vida de sus vecinos, quiénes son tus padres y abuelos. Esto hace que la votación contenga el ingrediente de cercanía familiar. El motivo para votar o no por un candidato en TX puede ser que te caiga bien o mal. 


Para no entrar en batallas inútiles me tomé la libertad de colocar mi nombre en el voto correspondiente a presidente municipal. En el conteo oficial aparece un candidato no registrado y su equivalencia: 0.262 por ciento. Me siento contento de haberme quedado a cinco votos de dos candidatos que invirtieron miles de pesos más que yo y a diez votos del Verde.


lunes, 27 de mayo de 2024

Niurka y el fin del mundo


Cuando conocí a Niurka vivía amarrada en una parte del rancho. 

Hoy la enterré a las 7:45 de la mañana.

Su muerte me duele

como duelen

las pérdidas de lo más preciado.


No se hacen funerales de

mascotas en mi pueblo.

Me dieron ganas de vivir en una ciudad

donde las funerarias de mascotas existen.


La palabra mascota es injusta, una porquería,

como las ciudades y los animales encerrados.


Les deberíamos llamar maestros o intérpretes.

Lenguaje de nariz.

Nariz de amor.

Niurka mi corazón te extraña.

¿qué más decir?

¿Saudade?

Extrañar. Palabra compleja: X y Ñ. 

Como si la sensación hubiera sido transcrita en español.


Odio el español y odio la muerte

que me ha hecho un hombre de barro

que se cae al romperse.


Odio el barro porque en su ceniza

está la muerte

y odio la muerte

porque se llevó a Niurka.


Murió Niurka y también morirá

este español en el que el dolor

me invade como si decir

cualquier palabra fuera sangrar

sangrar y emitir la luz roja

de la arteria más grande

que en lo escarlata nos ahoga


Odio la muerte

Odilo el español

Odio la ceniza que lo invade todo

y sobre todo odio a este

cuerpo que aprendió

a llorar antes de cualquier palabra.


lunes, 13 de mayo de 2024

Mátenme porque me muero

 



Ya terminé de ver Shogun y me gustó en gran parte porque me agrada la historia de Japón. Desde joven y con ayuda de animes como Súper Campeones o Saint Seiya descubrí la existencia de Japón. Después tomé clases de literatura contemporánea japonesa, realicé el recorrido obligatorio de haikus y me adentré en el boom de autores nipones de la primera década de los 2000’s: Haruki Murakami y Banana Yoshimoto. 


Shogun es una serie ambientada en la época medieval japonesa. En 10 capítulos la serie ofrece una mirada bella y detallada de las costumbres y el modo de vida de la época. La inmersión a ese mundo es uno de los objetivos de la serie, que logra materializar el trauma que produce el choque cultural en los personajes.





Me parecen destacables una suma de detalles que a continuación enlisto para no olvidarme: el conflicto del idioma es fundamental en la serie, me atrevo a decir que ese conflicto es el hilo fundamental en los posteriores conflictos de la trama. El hecho de que el protagonista sea un inglés protestante que no habla japonés produce una sensación de empatía inmediata para quienes no hablamos el idioma de Goku. 


El retrato de las leyes morales que rigen a los japoneses es precisa y necesaria para entender la conducta de los personajes. En concreto, la idea del honor relacionada a la vida y la muerte. Los nipones de la época se mataban a la primera provocación. La serie está llena de muertes absurdas que son justificadas por honor o deshonra y que llegan a provocar sensaciones encontradas en el espectador.





Para quienes como yo gustan de la poesía, la serie mantiene el gran detalle de la poesía japonesa como medio para resaltar la inteligencia y sensibilidad de los personajes. En momentos claves de la trama los conflictos se detallan a través de los poemas, de tal manera que no parecen un capricho o romantización occidental.


¿Entonces, de qué trata la serie? Es la historia de la guerra civil japonesa contada desde los ojos de un inmigrante inglés. Está basada en la novela del mismo nombre escrita por el australiano James Clavell.


Cosas que no me gustaron de la serie: comenzaría por la trama de intrigas políticas, que al final vuelven espesa la experiencia del final de la historia. Continuaría con la costumbre de muchas series que dejan el final abierto para ver si logran tener éxito y hacer una segunda temporada.


Me parece que para los espectadores mexicanos es sencillo conectar con la historia porque remite a una parte de nuestra propia historia: la conquista de México Tenochtitlán y la relación que establecen Hernán Cortés y  Malintzin. Por su puesto con sus respectivas distancias históricas y ficticias.




lunes, 29 de abril de 2024

La familia y los problemas


Terminé de ver Bronca. Ver series no es mi deporte favorito, comparto las sensaciones de quienes simplemente ponen algo como sonido de fondo. Pero vi Bronca por las  reseñas y después de acabar el drama de asiáticos viviendo en Estados Unidos, me quedó la sensación de que todo gran drama siempre incluye a la familia. Como cualquier tragedia griega, Bronca es una radiografía familiar en un contexto de migración.

Aunque inicialmente Lee Sung Jin, escritor de la serie, pretende desviar toda la atención en un accidente de tránsito. El autor intenta construir un recorrido minucioso en la vida de los personajes, todos unidos por vínculos de sangre, todos familia.


La parte en la que no pude conectar con la historia es el final, precipitado y con una idea entre mística y socialista de que la realidad de los protagonistas es la misma y son un mismo espíritu. Todo esto resuena con la premisa citada en la serie: la hermandad espiritual, que habla de dos almas que se entienden perfectamente. Socialismo espiritual a la coreana.


Por ser una serie de más de cinco capítulos a la mitad le cuesta trabajo mantener la tensión, pero es mínima esa sensación considerando todo lo que pretenden explicar respecto a la intimidad de los personajes. Como cualquier serie abre líneas argumentativas que después ya no se cierran o que simplemente están ahí para desviar la atención.


Por otro lado me pareció trascendente uno de los mensajes insistentes de la serie: sin importar la cantidad de dinero en el banco, siempre existirán problemas familiares. O como se dijo primero en México: “Los ricos también lloran”. Ese mensaje en el contexto de Bronca es la confirmación de la muerte del sueño americano. 


Este mensaje fue importante en mi visión de la serie debido a que tengo bastante familia en el Otro Lado. Me consta que aunque mis familiares no están físicamente conmigo, sus problemas y emociones cruzan la frontera más rápido que un envío. Esta relación es levemente mostrada en Bronca, pero como el tema no es ese, pasa de largo.


Menciono algunos detalles que me gustaron: la música de finales de los años noventa y principios de los dos mil con bandas como Incubus, Keane o Limp Bizkit. En general toda la reflexión de la generación nacida a mediados de los ochenta me pareció agradable tanto porque pertenezco a ella como por lo importante que son esos detalles en la construcción de los personaje y de la serie en general, que coquetea con un lenguaje simbólico en toda la serie, de ahí que en cada inicio de capítulo se muestra una pintura que pretende ser una alusión a lo que sucederá más adelante. 


Vean Bronca, si no, vean otra.


jueves, 25 de abril de 2024

Advertencias al lector

Regreso después de ocho años sin escribir una sola palabra en este blog. Lo que más me cuestionaba al volver era si debía borrar los textos anteriores y comenzar de cero. Decidí no borrarlos porque esa es justamente la cualidad de la escritura: poder mirarse en espejos que te devuelven reflejos pasados. Lo que fuí y lo que soy.

Aunque el mundo ha cambiado después de una terrible pandemia y que con ello las fórmulas del éxito también,  a mí no se me han pasado las ganas de escribir y describir el mundo que veo. 


Por esa razón espero poder brindar a los lectores y no lectores una experiencia más amplia en cuanto a géneros. Si bien el blog tenía una inclinación a la poesía, ahora también subiré mis artículos de opinión y algunos cuentos. No sé si subiré poemas porque ahora mismo no me salen. 


En cualquier caso agradezco sus minutos de lectura.

Con cariño: 


Zagreo Y.


miércoles, 24 de abril de 2024

Instrucciones para sobrevivir en Oaxaca



                                                                                                                       


Dentro de mi rutina cotidiana está la de caminar la huerta e ir viendo los árboles de mango. Esa mañana recibí una llamada de un número desconocido. Recuerdo que contesté ya como al cuarto intento.Me avisan que una amiga fue atacada a balazos. Me quedo callado. Con la cercana muerte de mi abuela las tragedias se me han vuelto cotidianas.


De unos 43 años de edad, mi amiga Dominga ya guarda en su hoja de ruta dos matrimonios, dos hijas de su exesposo y uno de su actual pareja. Distanciada de su familia cercana, la vida de Dominga gira alrededor de sus hijos. Por motivos que prefiero guardar, vivía en casa de sus actuales suegros.


A Dominga la conocí en unas clases que impartí en una universidad cristiana. Recuerdo su impulso por saber más y su contrariedad por no entender la falta de verdad absoluta a la hora de hablar de literatura. Coincidimos en algunas presentaciones de mis libros, conocí a sus hijos y salíamos a comer o a caminar al zócalo, comer un elote frente a la catedral viendo a sus hijas reír y hacer burbujas.


La vida no era fácil para Dominga, que buscaba espacios en su tiempo como madre y esposa para poder salir con una amiga, pintarse el pelo o andar en bicicleta sin tener que preocuparse de sus hijos, su ex y su esposo.


Un día después de la llamada y de que el suceso fuera información en la nota roja, visité a mi amiga. Fue complejo a pesar de que se trataba de un caso público y conocido; o como lo dijeron los guardias del hospital: “vienen a buscar a la baleada”. Esa baleada respondía al Código Plata, término usado para pacientes en riesgo.


Pregunté la cama y el área para verla. Puede verla en la cama cinco, me dijo un tipo sin mirarme a la cara y señalando una libreta para apuntar mis datos. Cuando por fin encontré la cama cinco Dominga no estaba allí. De hecho no había ni pacientes ni enfermeras en la sala. Volví a la puerta y me mandaron a la Oficina de Trabajo Social, ahí me dijeron que yo debería saber dónde estaba mi paciente. Volví con el guardia, quien me mandó con otros guardias que a su vez me mandaron a la cama diecisiete. La cama estaba en el segundo piso, entré y únicamente había hombres, la enfermera de guardia me dijo que ahí no había ninguna mujer y menos alguien de nombre Dominga. Volví con el guardia del inicio, que me mandó a la guardia de urgencias. Ya un poco encabronado en urgencias alcé la voz y les reclamé su ineptitud. Como caída del cielo, una señora que había visto todas mis vueltas se presentó como la administradora del hospital y me ofreció ayuda. De pasó le metió una buena regañiza a los guardias y enfermeras, quienes con celular en la mano únicamente respondieron con muecas. 


Tres vueltas después y ya con la administradora encabronada, resultó que Dominga estaba en la cama cinco pero de la sala de urgencias. Corrí ya desesperado pensando en que lo peor había sucedido y que únicamente encontraría un cuerpo helado tumbado en la cama.

En cambió la imagen frente a mí era otra: Dominga rodeada de policías, enfermeras y una psicóloga. Entré sin preguntar si podía o no, sin importar si había o no protocolos y al vernos le tomé la mano. Inmediatamente los oficiales de la Fiscalía me interrogaron, al no ser su familiar me invitaron a salir. Entonces pude ver el rostro de Dominga, tenía un parche del lado derecho de la cabeza y del mismo lado le habían rapado la mitad del pelo. Fue evidente que el disparo lo había recibido en la cabeza.


Afuera de la sala y sin prestar atención a las preguntas de la oficial pensé en el esposo. Cuando le pregunté a la oficial su respuesta me dejó helado: “Fue el esposo quien le disparó”. Con mucha prisa la oficial me contó una historia con detalles difusos. Cuando las indagatorias terminaron también hablé con la psicóloga, quien me dio otros fragmentos de la historia. Su rostro era de incredulidad, sobrevivir un disparo en el cráneo no es un milagro de todos los días.


Dominga, su esposo y su hijo salieron el domingo a mediodía rumbo a Tlalixtc. Pasaron una tarde tranquila mirando las montañas y la presa disminuida, pero todavía con patos. Comieron memelitas, tasajo, chorizo con sus rabanitos, nopales, aguacates y cebollitas asadas. Después de la comida el esposo pidió un mezcal para el desenpanse, como una no era ninguna pidió otro mezcal, dos ya son una y volvió a empezar. De tal manera que ya con el niño llorando, los meseros levantando y con la cuenta en la mesa, el esposo se negó a irse si no le vendían una última cerveza, después de las doce que ya se había tomado junto con seis mezcales. Incómoda y cansada ya no pudo quitarle las llaves para manejar, sin ánimo de discutir subió al coche con el nene en brazos y cuando intentó bajar el volumen de la música le dio un manazo en la mano. “En esta nave yo soy el capitán”, le dijo muy cerca del oído y después acarició a su hijo. 


Al llegar a su casa, ni la música ni la comida pudieron contenerlo, quería más cervezas. Dominga se puso la pijama y paseó al nene en la sala, los tomó a los dos con fuerza y se los llevó a la tienda, donde pidió un six, Dominga se quejó y le dijo que era demasiado. La joven que atendía le dijo al esposo que no tenía cambio de quinientos y al terminar de escuchar la negativa sacó una pistola del pantalón y le apuntó a la muchacha, quien quedó petrificada. “Qué haces, la vas a matar”, se escuchó, después el esposo apuntó al rostro de Dominga y le respondió: “Te voy matar a ti”. Tras el impacto, el grito de la muchachita, el desplome del cuerpo y del nene, después el incontrolable llanto de un bebé que yacía en el suelo aun en brazos de su madre. El esposo salió huyendo sin mirar atrás, en el camino se encuentra a una señora que lo ha visto todo y mira a Dominga inconsciente  sobre un charco de sangre y al bebé llorando. Sin pensarlo toma al niño y buscan el celular de la víctima, llaman al 911 y después a su hermano, quien sin creerlo cuelga la llamada. Hasta que mira la ambulancia llegar y ve a su hermana en brazos de los paramédicos, entonces sale corriendo para irse con ella y no lo dejan subir. Gentilmente la señora le entrega al nene, quien por el susto ya no llora, sino que tiene los ojos bien abiertos, como su tío, quien al ver las luces rojas de la ambulancia alejarse todavía no lo podía creer.