No conozco las armas, nunca disparé,
pero ese rostro hombre que abrió mi sueño
para encajar sobre la noche sus turbias alas
mereció de mí un par de disparos en la frente.
Entonces el poema comenzó a desvanecerse:
Ese hombre tenía familia
y como es común
las familias se procupan
Ese hombre apareció
en el periódico del pequeño poblado
muerto sobre playa arrocito
Yo vi la foto.
Soy un asesino, creí. Busqué el diccionario.
Del ár. ḥaššāšīn 'adictos al cáñamo indio'
Soy un homicida entonces, pensé.
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