El otro día estaba en la playa
soñaba que nadaba haciendo círculos perfectos
y también podía silbar al mismo tiempo.
Me gustaba el mar pero lo circular eran los días:
Lunes
martes miércoles
jueves viernes
sábado
domingo
Los días turba de cadáveres sin nombre propio
aunque deberían ser el mar, un mar sin duración.
Eran ya las ocho y el cielo estival de la costa
poseía un intenso color a billete de quinientos euros,
salí del agua sin sonidos aparentes sin invitaciones
y traté de quitarme de los ojos un poco de agua salada.
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